'Harrison MacMurray, agente de un peculiar departamento de Inteligencia, debe investigar los asesinatos de dos matemáticos y dos militares retirados y la primera pista fiable que encuentra vincula esas muertes con un prestigioso y joven congresista, el niño mimado del Capitolio, Benedict Holmes. Victoria se casó con Benedict porque compartían el mismo sueño: cambiar las leyes para que sirvieran de verdad a quien las necesitaba y no solo a quien podía pagarlas, pero Ben ahora es distinto y ella ya no se siente feliz con su vida. Hasta que una mañana conoce a Harry, el analista informático que han contratado para la campaña de reelección de su marido. Harry tiene que averiguar cuanto antes si Benedict Holmes es un traidor, no pensar en Victoria, en lo increíbles que son sus ojos, en lo excitantes que resultan todos y cada uno de los segundos que pasa con ella. Debe ir con cuidado, un mero error podría ser mortal para los dos. Y tiene que encontrar el modo de contarle la verdad a Victoria antes de que sea demasiado tarde. O tal vez ya lo sea... Porque el amor es lo más peligroso que puede sucederles.'
Tim y Amanda no tendrían que haberse conocido, sus vidas no deberían haber coincidido esa noche en aquella lujosa fiesta de Boston, él pertenece a una familia con raíces políticas similares a los Kennedy y ella es camarera, pero coincidieron. Y les bastó. Ojalá el resto del mundo hubiera creído lo mismo y ojalá Tim hubiese sabido estar a la altura. Pero lo ha superado y prueba de ello es que está a punto de casarse con la chica perfecta. Hasta que una noche recibe la noticia de que Amanda está en París y esa información basta para que deje plantada a su prometida y se suba al primer avión rumbo a Francia.
Quizá lo único que importa de verdad es el amor. Quizá los dos eran demasiado jóvenes entonces y ahora las cosas serán distintas. Quizá ahora entenderá qué diablos sucedió y por qué nunca ha conseguido olvidar a Amanda. Amanda es casi feliz en París, le basta con él casi. Le gusta su trabajo, el pequeño restaurante que ha conseguido abrir en aquel barrio tan encantador, y sus amigos. Y lo más importante, le gusta quién es allí, adora la mujer en la que se ha convertido. No necesita nada más y ya no piensa en el pasado. Ya no. Nunca. Bueno, casi nunca. A veces, por eso tiene la sensación de que el hombre que está en esa esquina es Tim. Tiene que ser su imaginación, es imposible que Tim esté en París. ¿Por qué no ha conseguido olvidarse nunca de él?
Sebastián conoció a Cecilia gracias a unos cangrejos y desde aquel día su corazón y su vida no fueron los mismos. Ella logró que él quisiera ser mejor, que creyera en sí mismo, pero justo cuando iba a conseguirlo el mundo desapareció bajo sus pies. La noche que ella cumplía dieciocho años un error del pasado de Sebastián reapareció y él tuvo que irse sin decirle nada.
Han pasado doce años y Cecilia es ahora una mujer fuerte y decidida que conoce sus límites y que no está dispuesta a justificarse ante nadie. Y mucho menos ante el hombre que la abandonó cuando apenas eran unos adolescentes sin la menor explicación. El problema es que Sebastián es ahora el capitán del puerto donde Cecilia trabaja de bióloga marina y necesita llevarse bien con él si quiere seguir adelante con el proyecto para proteger la fauna marina de la zona por el que tanto ha luchado.
Sebastián ha tardado doce años en volver y puede decir que lo ha hecho por sus hermanos o porque llevaba demasiado tiempo fuera, aunque lo cierto es que ha vuelto por la chica de la que se enamoró hace tiempo. Ella le odia, con razón, pero si ha luchado por tantas cosas en su vida ¿no lo hará por recuperar a Cecilia?
Susana Lobato tiene la vida perfectamente planeada y está a punto de conseguir todo lo que quiere: dirigir y presentar su propio programa de noticias económicas y casarse con un hombre maravilloso. Pero una noche Tim anula la boda y la abandona para perseguir un sueño que no la incluye a ella. Kev MacMurray, el hasta ahora capitán de los Patriots, acaba de cumplir treinta y cinco años y siente que ha llegado el momento de dar un cambio a su vida. Su carrera como deportista está en peligro y la verdad es que últimamente se está asfixiando. No puede seguir así. Además, no consigue pensar en nada desde que Tim se marchó y dejó plantada a Susana; la mujer que se suponía que él no soportaba y en la que, si es sincero consigo mismo, nunca deja de pensar. ¿Qué le está pasando? Se suponía que Susana y él solo se toleraban para no hacer daño a Tim, entonces ¿por qué siente ahora que si no besa a la ex prometida de su mejor amigo no podrá seguir respirando? ¿Es algo pasajero o va más allá? En realidad siguen sin poder soportarse, ¿no? ¿Y Susana? Ella nunca había reaccionado así con nadie. ¿Pueden correr el riesgo de averiguar qué está pasando entre ellos?
Grabado en español ibérico (España).
Harrison MacMurray, agente de un peculiar departamento de Inteligencia, debe investigar los asesinatos de dos matemáticos y dos militares retirados y la primera pista fiable que encuentra vincula esas muertes con un prestigioso y joven congresista, el niño mimado del Capitolio, Benedict Holmes.
Victoria se casó con Benedict porque compartían el mismo sueño: cambiar las leyes para que sirvieran de verdad a quien las necesitaba y no solo a quien podía pagarlas, pero Ben ahora es distinto y ella ya no se siente feliz con su vida. Hasta que una mañana conoce a Harry, el analista informático que han contratado para la campaña de reelección de su marido.
Harry tiene que averiguar cuanto antes si Benedict Holmes es un traidor, no pensar en Victoria, en lo increíbles que son sus ojos, en lo excitantes que resultan todos y cada uno de los segundos que pasa con ella. Debe ir con cuidado, un mero error podría ser mortal para los dos. Y tiene que encontrar el modo de contarle la verdad a Victoria antes de que sea demasiado tarde. O tal vez ya lo sea...
Porque el amor es lo más peligroso que puede sucederles.
