«No es solo un libro central en la obra del escritor arequipeño, sino uno de los más arriesgados y vitales de la narrativa peruana contemporánea».
José Carlos Yrigoyen
En la mesa de un bar, el Zambo -afanoso, tierno, locuaz- le narra al Profe el último lance de fin de semana de su collera. Las cervezas, que llegan de dos en dos, aligeran el ambiente y la narración se abre en un racimo de historias íntimas que recrean con crudo afecto el universo de los jóvenes de los barrios pobres de Lima. Sin embargo, Reynoso no se detiene en el retrato; escala y en el centro de sus páginas coloca una alegoría poderosa: la del escarabajo estercolero que debe cruzar la pista de una carretera mientras dos adolescentes -el Uno y el Otro, el bien y el mal- discuten sobre el sentido de su esfuerzo. Retrato y alegoría, finalmente, dialogan con la tercera sección de la novela, una serie de apostillas que muestran en conjunto la épica y el drama cotidianos de la condición humana.
El tiempo ha revelado a El escarabajo y el hombre como una obra magistral, que despliega con inteligencia tres lenguajes amalgamados por la verídica preocupación ética y estética de su autor, uno de los más admirados narradores de las letras peruanas.
'Leer Los inocentes bien puede ser un hito en una dolescencia masculina latinoamericana'
Alberto Fuguet
'Uno a uno los muchachos se fueron. Al final solo quedó Colorete. Me asustó su mirada. Ya no había cólera ni burla en sus ojos: había ternura, extraña, terrible. Cuando se dio cuenta que lo miraba, se avergonzó. Quise darle la mano y decirle: 'Te comprendo'. Pero qué difícil es sincerarse sin cebada'.
En la Lima de los años cincuenta, una pandilla de adolescentes se refugia bulliciosa y buscapleitos en billares, cines y cantinas. Colorete, El Príncipe, El Rosquita, Cara de Ángel: adolescentes rechazados por el mundo adulto pasean su soledad y sus sueños sin futuro. Estas cinco historias son una incursión en las márgenes de la vida capitalina, en un momento de grandes cambios.
Sobre la obra y el autor:
'Quisiéramos afirmar que con Los inocentes, de Oswaldo Reynoso, se inicia el hallazgo de las formas de revelarlo. Reynoso ha creado un estilo nuevo: la jerga popular y la alta poesía reforzándose, iluminándose. Nos recuerda un poco a Rulfo, en esto'.
José María Arguedas
'A Oswaldo le gustan las cosas austeras, pero delicadas'.
Enrique Planas
'En Los inocentes hay una apuesta ética y estética que supera la moda. Se trata de un libro que hasta el día de hoy sigue abriendo nuevos caminos para jóvenes escritores'.
Sergio Galarza
'Leer Los Inocentes bien puede ser un hito en una adolescencia masculina norteamericana'
Alberto Fuguet
'Cuidado con soltar a Los Inocentes entre los jóvenes, pueden empezar a pensar'.
Javier Arévalo
'Los Inocentes permanece tan vivo y fresco como la primera vez que salió a las calles de esa Lima conservadora y pacata para cuestionarla y enrostrarle sus miserias'.
José Carlos Yrigoyen. El Dominical
'Reynoso entendió temprano la fuerza de la adolescencia como espacio marginal en la sociedad peruana, y en esa medida inauguró una robusta corriente literaria. El adolescente disconforme suelto en plaza, urbano y popular de preferencia, es lo más parecido que tenemos a un héroe cultural de nuestras letras'.
Pedro Escribano. La República
'Oswaldo Reynoso creó un estilo literario nuevo: la jerga popular y la alta poesía reforzándose, iluminándose... con este libro empezó el ciclo de una obra que realmente es importante para la literatura peruana y de Latinoamérica'.
Javier Ágreda, web El Montonero