La obra póstuma de José Luis Sampedro.
«La muerte me lleva de la mano, pero se está portando bien porque me está dejando pensar.»
Los ríos como metáfora de la vida fueron una constante en la obra de Sampedro, hasta el punto de trascender la literatura y hacerse realidad cuando conoció a Olga Lucas. Fue su historia de amor lo que les inspiró a escribir sobre sus diez primeros años de vida juntos. Lo hacían cada uno por su lado y a hurtadillas para preservar la sorpresa cuando llegara el momento de compartirlos. Como si se tratara de un mensaje dentro de una botella, Olga encontró el texto de José Luis tras su fallecimiento y decidió unirlo al suyo. El resultado: este relato conmovedor de dos vidas diametralmente distintas, unidas para siempre a orillas del río Jalón. La segunda parte, «Sala de Espera», recoge el sentimiento de rebelión y lúcida rabia con el que vivió los últimos años.
La crítica ha dicho...
«Es aquí donde el escritor esboza 'sus verdades', donde se replantea el sentido último de la nueva barbarie, donde busca aportar algo propio al proceso de desescombro que vivimos.»
Elsa Fernández-Santos, El País
Con tono poético y tenuemente melancólico,
Monte Sinaí narra el periodo que el autor pasó en un hospital neoyorquino a causa de una dolencia cardíaca.Una obra de lenguaje vivo y sutil que reflexiona sobre la fragilidad de la condición humana y la cercana proximidad de la muerte, sin caer en el pesimismo y la afectación, antes bien con un mensaje optimista que permite conocer la trayectoria vital más reciente de José Luis Sampedro.
Una bellísima novela sobre el eterno problema del amor, con la verdad que ofrece un conocimiento profundo del alma humana.Un viejo campesino calabrés llega a casa de sus hijos en Milán para someterse a una revisión médica. Allí descubre su último afecto, una criatura en la que volcar toda su ternura: su nieto, que se llama Bruno, como a él le llaman sus camaradas partisanos. Y vive también su última pasión: el amor de una mujer que iluminará la etapa final de su vida concediéndole toda su plenitud.Reseña:
Está escrita con una ternura y una lucidez aunadas que reflejan perfectamente la experiencia cenital de su protagonista.
Leopoldo Azancot,
ABC