¿Aún no conoces el nuevo fenómeno sobrenatural que está llegando a todos los rincones del mundo? No se trata de hombres lobo, ni de vampiros, ni siquiera de ángeles o fantasmas...
Sárilan y Amanda son dos hermanas madrileñas que deciden pasar sus vacaciones conociendo la hermosa Atenas. Lo que nunca imaginaron es que se encontrarían en medio de una lucha épica donde tendrán que sobrevivir y combatir por no perder su corazón.
Axel, es un guerrero de la hermandad de las gárgolas. Cuando cree que su corazón se ha convertido en piedra por toda la eternidad, conocerá a una pequeña humana que pondrá su mundo del revés. Tendrá que luchar contra sus sentimientos encontrados y peor aún, tiene que mantenerla con vida frente a los raptores que se han empeñado en acabar con ella.
Las gárgolas viven entre nosotros, pasando desapercibidas con un único objetivo: salvar a la raza humana de los crueles asesinos que Hades está liberando del infierno. Todo el mundo los conoce como 'Los raptores' y son seres que se alimentan de las emociones humanas hasta la muerte de la misma.
No trates de saber más, sé que la curiosidad te está matando, pero si ellos te capturan y no tienes una gárgola cerca, te matarán sin piedad. Así que, ¡corre mientras tengas tiempo! No mires atrás.
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Jess Dharma nació en Madrid en 1981. Sus relatos se centran en historias relacionadas con historias románticas, paranormales, erótica, new adult, así como thriller policíaco.
Jessi y Ellen son familia por decisión propia, para ellas la palabra amistad se queda corta. A pesar de ser mujeres modernas, divertidas y trabajadoras, su lista de fracasos amorosos aumenta con cada hombre que conocen. Jessi le pide a su abuela, que es una bruja de las de toda la vida, que le enseñe un conjuro para encontrar el amor verdadero. ¿Qué pueden perder? Nada, más bien ganan un viaje a un poblado nórdico del siglo IX, donde dos mujeres del futuro tendrán que habituarse a las costumbres del pasado, algo bastante difícil. Y por si eso fuera poco, también intentar mantener su ropa interior puesta, porque han descubierto el motivo por el que a los hombres de ese pueblo se les llamaba nórdicos: son calientes y te mantienen en la cama muy, muy, muy a gusto