Toda casa tiene sus secretos. Recién salida de rehabilitación por su pasada adicción a las drogas, Mallory Quinn acepta un trabajo como niñera para Ted y Caroline Maxwell. A Mallory de inmediato le encanta su trabajo, le da justo la estabilidad que buscaba. Y adora a Teddy, un niño tímido que va a todas partes con su cuaderno de bocetos y su lápiz. Sus dibujos muestran cosas normales: árboles, conejos, globos... Bueno, y a veces también a una mujer de aspecto extraño, su amiga imaginaria. Pero un día en el cuaderno aparece algo diferente: un hombre que va arrastrando un cuerpo en medio de un bosque. Poco a poco, los dibujos de Teddy se vuelven cada vez más siniestros y sus figuras de palo se convierten en ilustraciones realistas, cuya destreza supera la de cualquier niño de cinco años. Es entonces cuando Mallory empieza a preguntarse no solo por el contenido de las ilustraciones, sino también por el autor. Porque ¿y si realmente no es Teddy quien las está haciendo? ¿Y si se trata de... alguien más? Con este thriller sobrenatural, Jason Rekulak da una ingeniosa vuelta de tuerca a la clásica historia de terror con una casa llena de secretos escalofriantes y tal vez una narradora no muy fiable. ¿O sí?
*MOST ANTICIPATED NOVELS OF 2017 SELECTION BY * ENTERTAINMENT WEEKLY * BUSTLE *
"A sweet, funny, and moving tribute to nerds and misfits everywhere." -Seth Grahame-Smith, New York Times bestselling author of Pride and Prejudice and Zombies
Until May 1987, fourteen-year-old Billy Marvin of Wetbridge, New Jersey, is a nerd, but a decidedly happy nerd.
Afternoons are spent with his buddies, watching copious amounts of television, gorging on Pop-Tarts, debating who would win in a brawl (Rocky Balboa or Freddy Krueger? Bruce Springsteen or Billy Joel? Magnum P.I. Or T.J. Hooker?), and programming video games on his Commodore 64 late into the night. Then Playboy magazine publishes photos of Wheel of Fortune hostess Vanna White, Billy meets expert programmer Mary Zelinsky, and everything changes.
A love letter to the 1980s, to the dawn of the computer age, and to adolescence-a time when anything feels possible-The Impossible Fortress will make you laugh, make you cry, and make you remember in exquisite detail what it feels like to love something-or someone-for the very first time.