Una novela de fantasía oscura escrita por Isabel del Río. 'No sé cuándo descubrí que podía ver con los ojos cerrados. Así es como aprendí que existen distintos tipos de persona, incluso algunas que no están ahí cuando vuelves a abrirlos. Mi abuelo se quedó totalmente ciego a los cuarenta. Yo siempre le conocí así, con los ojos cerrados. Él me explicaba historias de cómo era el mundo cuando podía ver, aunque las que más me gustaban eran aquellas que trataban sobre Negro. Así es como llamaba a todo lo que percibía sin poder usar los ojos como el resto de personas. Un día, cuando era muy pequeña y jugaba entre las tomateras de su huerto, mi abuelo me hizo una advertencia que no llegué a entender: 'Nunca, por ningún motivo, cruces una puerta en Negro'. Lo dijo muy serio, con aquel mohín que sólo ponía cuando se enfadada. En aquel momento no le presté atención y, tras su muerte, no volví a pensar en ello… Hasta que me vi forzada a abrir una.'
Grabado en español ibérico (España).