Celeste ha sido la niñera de Boy desde que perdió a su madre y ha estado enamorada de Jack, su jefe, desde siempre. La relación entre ellos ha sido profesional y amistosa, pero ahora llegó la hora de decidir: irse o atreverse a vivir esa historia de amor.
Una vida en Oxford nos recuerda las vueltas que da la vida de camino a nuestra felicidad.
Celeste, enamorada de Inglaterra, olvida su país de origen. Siente que la vida ideal está en Oxford cuando consigue empleo como niñera de un pequeño huérfano. Pero nada es para siempre, sabe que el niño crecerá y ese ideal llegará a su fin.
Jack Stanford era un escritor y doctor en Literatura Inglesa Contemporánea con una vida perfecta en Birmingham hasta que su esposa, Vera, muere en un accidente de tránsito. Consciente de su soledad, se muda a Oxford cerca de sus padres.
Diez años después, Jack se ha convertido en un autor atractivo, respetado, premiado. Su hijo es un adolescente que comienza a rebelarse y a buscar su independencia. La presencia de Celeste en la familia ya no tiene sentido, aunque dejarla ir es doloroso. ¿Cómo se vuelve a ser feliz después de tanto tiempo?
Las noticias que llegan desde Argentina afectarán a todos. Celeste tiene que develar asuntos que permanecieron ocultos durante esos años. Deseos escondidos, un amor secreto, proyectos posibles. Sin embargo, la vida debe cambiar, incluso, para seguir siendo la misma.
Tras casi quince años de trabajar como institutriz en Argentina Elizabeth Shaw está decidida a volver a su pueblo natal en Inglaterra. Cuando su regreso es casi un hecho, una familia -a la que está unida por fuertes lazos- requiere de sus servicios y se reencontrará con Tomás Hunter, su amor de la juventud. ¿Podrá el amor vencer una red de secretos y un oscuro pasado?
¿A qué lugar pertenecemos? ¿Al lugar donde nacimos o a donde viven nuestros amores? ¿Al lugar con el que soñamos todas las noches? Elizabeth Shaw desea volver al pueblo donde nació, el puerto de Fowey, en el sur de Inglaterra. Huérfana desde los dieciséis años, su existencia ha transcurrido en casas ajenas, educando niños y jovencitas de alta sociedad en Buenos Aires. Disciplinada y dueña de firmes convicciones, su trabajo le permitió hacerse un nombre y convertirse en una institutriz apreciada y respetada.
Cuando su regreso a Inglaterra es casi un hecho, una familia -a la que está unida por fuertes lazos- requiere su experiencia.
La lealtad y sus sentimientos todavía vivos la llevarán a entrar en un hogar donde todas sus convicciones serán cuestionadas: un antiguo amor volverá a su vida, dos niños desamparados pondrán a prueba su capacidad y Elizabeth deberá lidiar con la pregunta sobre su verdadero origen.